La huerta, el más reciente filme de Rodrigo Ayala, se estrena para invitados este martes en Cine Center y desde el jueves se proyecta para todo público. Su director comentó diversos aspectos de este largometraje.
La huerta cierra una trilogía que comenzó con Día de boda (2007) y continuó con Historias de vino, singani y alcoba (2009). ¿Qué intentas contar con estos tres filmes?
Las películas son un retrato de la clase media tarijeña tradicional. En ella se reflejan la idiosincrasia, las formas y las costumbres del valle tarijeño. En ese sentido, no hay mucha diferencia con la clase media boliviana en general. He tratado de hacer un recorrido por los distintos tipos de comedia. Día de boda es más una propuesta ligera; Historias de vino, singani y alcoba es más picaresca, se enmarca en la comedia italiana, en ese formato de pequeñas historias. La huerta tiende más al suspenso y al humor negro, quizás emparentando de alguna forma con cierto tipo de cine inglés que me gusta mucho.
¿Qué puedes decir de tu elenco de actores?
Este grupo de actores se ha ido formando con el tiempo. Me gusta trabajar sabiendo las características del actor, lo cual te facilita todo el proceso. Valeria Catoira tiene personaje de villana muy creíble, muy bien construido; después está Virginio Lema, que es como el alma de la película; Luciana Acosta, que desarrolla un buen papel; como también Toto Vaca, que tiene un personaje muy difícil, muy ambivalente. Todos actúan bien.
¿Tus películas tienen un público de un nivel social o intelectual específico?
No creo, eso es estereotipar demasiado. Hay público para todo. Pongo un ejemplo: cuando en la televisión boliviana RTP acaparaba toda la preferencia de los sectores populares, no podía competir en rating con Los Simpson. Lo que quiero decir es que tú eliges un género por tus propósitos y de acuerdo con lo que quieras contar, pero no es que hay un cine para los bolivianos, tampoco existe esa diferencia entre cine culto y cine popular. Shakespeare es considerado un autor culto, pero en su momento era popular, lo mismo Mozart. Esas clasificaciones son lugares comunes que no se aplican en la realidad.
¿Qué te motiva a publicar ensayos sobre temas políticos, económicos y sociales?
Así como el cine ha sido parte central de mi vida, la política también. Desde mi época universitaria me ha apasionado, como a muchos bolivianos, pero solo fui militante hasta mis 23 años. El ensayo es la forma de continuar con ese sentimiento.
¿Cómo ves a Tarija dentro del contexto nacional?
Su importancia económica ha crecido notablemente por el tema del gas. Eso la ha empujado tardíamente a replantearse otros aspectos, como su cultura tradicional, y mirar hacia otros lugares donde antes no veía. Por ejemplo, ahora se habla del desarrollo del teatro, de la música clásica y de diversas manifestaciones artísticas. La importancia político-administrativa de Tarija la está obligando a mover su superestructura ideológica
No hay comentarios:
Publicar un comentario